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martes, 29 de junio de 2010

Peliculas / Propaganda - EJE 2 -

"Nuestro interés en la mediatización como proceso ocupa un lugar central en la cuestión de por qué debemos estudiar los medios: la necesidad de prestar atención al movimiento de los significados a través de los umbrales de la representación y la experiencia. Establecer los lugares y las fuentes de perturbación. Entender la relación entre significados públicos y privados, y entre texto y tecnologías. E identificar los puntos de tensión. Es necesario, además, que no sólo nos consagremos al informe de los hechos, los medios como fuentes de información. Los medios entretienen. Y también en este aspecto se elaboran y transforman significados: esfuerzos para atraer la atención, para la satisfacción y la frustración del deseo; placeres ofrecidos o negados. Pero siempre recursos para la conversación, el reconocimiento, la identificación y la incorporación, cuando comparamos, o no comparamos, nuestras imágenes y nuestra vida con las que vemos en la pantalla.”

Esta fragmento del capítulo 2 de ¿Por qué estudiar los medios? de Roger Silverstone, me llamó mucho la atención, ya que no solo habla por si solo, sino que también me da pié a la idea de mostrarles como el nazismo fue capas de lavar las cabezas de una población mediante la propaganda.

Primeramente, antes de definir o dar hincapié en lo que es propiamente dicha la “Propaganda Nazi” debemos tener por sobre entendido cuál es el significado del término “propaganda”, y para ello, tras leer algunas definiciones y argumentaciones explicativas, me quedaré con la siguiente para dar paso a este post:

“De forma neutral la propaganda es definida como una forma intencional y sistemática de persuasión con fines ideológicos, políticos o comerciales, con el intento de influir en las emociones, actitudes, opiniones y acciones de los grupos de destinatarios específicos a través de la transmisión controlada de información parcial (que puede o no basarse en hechos) a través de los medios de comunicación masiva y directa.”

- Richard Alan Nelson, A Chronology and Glossary of Propaganda in the United States, 1996 –



El 11 de marzo de 1933, tras la llegada de Adolf Hitler se estableció un Ministerio de Propaganda y se nombró a Joseph Goebbels como Ministro. Goebbels en poco tiempo logró mantener total control sobre la industria del cine en toda Alemania y se le asignó la tarea de organizar presentaciones de películas apropiadas para la ilustración y la educación publica. Los principios del ministro para la propaganda (prácticamente vigentes hoy en la actualidad) fueron los siguientes 11:
1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es liimtada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Una vez reconocidos estos, el motor de la industria cinematográfica de propaganda nazi se puso en marcha, creándose cantidades inmensas de Films con el mensaje hitleriano introducido “levemente” en cada uno de ellos. Nos preocuparemos por mostrar bien por encima lo más destacado del cine anti-semita.
Los ejemplos que quisimos exponer, muy bien elaborados por Darío Lavia (foro quinta dimensión), son los siguientes:



Una de las más rampantes películas de propaganda nazi fue JUD SUß (Trad: "El Judío Suss"-1940), de Veit Harlan, realizada con una Alemania ya embarcada en la trágica Guerra, donde el propósito oficialista es dejar bien sentado porque la raza aria debe odiar a los judíos. En dicha película, el protagonista es Joseph Süss Oppenheimer, un siniestro y avaro judío que promueve la inmigración judía en la ciudad de Württemburg durante el Siglo XIX, lo que da pie a la acechanza de la heroína Dorothea por el villano, que conduce a la violación de la misma y a su posterior suicidio. El Judío Suss es posteriormente juzgado y ejecutado, concluyendo con el mensaje obvio y tan típico de demonizar al "Otro", en este caso al Pueblo Judío. Un detalle interesante es la cantidad de correspondencia postal de mujeres "conmovidas" que recibiera el actor austríaco Ferdinand Marian, que encarna a Suss, lo que da a pensar en una analogía entre Marian-Suss con otro agresor sexual de la pantalla (aunque menos explícito) como el Bela Lugosi-Drácula. La escena de la violación de Suss a Dorothea, climax de la película, también puede tener un efecto erótico, y es que el Mal (sea representado por el Judío Suss o por el Vampiro Eslavo) es siempre atractivo. Las contradicciones siguen, y en la película aludida, DRACULA (Drácula-1931) de Tod Browning, el matador de vampiros, Van Helsing, ya ha perdido ese rasgo de rabino ocultista que tenía en la anterior versión, alemana, titulada NOSFERATU: EINE SYMPHONIE DES GRAUENS (Nosferatu-1922) de F.W. Murnau.



Otros títulos, usualmente citados por los teóricos e historiadores, van desde HITLERJUNGE QUEX (Trad: "Quex, Joven de Hitler"-1933), sobre un joven cuyo padre comunista se opone a su alineación política con la Juventud Hitleriana y que termina muriendo como mártir durante incidentes callejeros con los comunistas, hasta DER GROßE KÖNIG (El Gran Rey-1942) nuevamente de Veit Harlan, sobre la gesta del rey Federico el Grande de Prusia, desde la derrota en Kunersdorf hasta su victoria en Schweidnitz sobre los austríacos, que fue el final de la Guerra de los Siete Años. Pero es DER EWIGE JUDE (Trad: "El Judío Eterno"-1941) de Fritz Hippler el más agresivo en su ataque al Judío por su comparación con jaurías de ratas y por la utilización de imágenes sangrientas y brutales, las cuales, empero, alejaron al público masivo de las salas de proyección, convirtiendo el filme en un sonoro fracaso. La película, en sí, es bastante pobre, porque consiste en secuencias de archivo y escenas documentales sin mucha coherencia entre sí. Entre las secuencias de archivo, se muestran escenas de M, EINE STADT SUCHT EINEN MÖRDER (El Vampiro Negro-1931) de Fritz Lang (una película prohibida en la Alemania nazi), mientras un narrador dice: "El Judío Lorre en el papel del asesino de niños. Siguiendo el lema 'no el asesino sino el asesinado es culpable', se intentó doblegar el natural derecho de justicia y minizar el crimen con una representación piadosa del criminal y del crimen." Las tomas documentales incluían escenas captadas en ghettos de Polonia por el realizador Hippler. Es curioso notar que luego de la Guerra esas escenas justamente sirvieron como uno de los pocos documentos fílmicos de los ghettos.
“Es preciso que seamos capaces de identificar los momentos en que el proceso parece derrumbarse. Cuando lo distorsionan la tecnolo¬gía o la intención. Es preciso que entendamos su políti¬ca: su vulnerabilidad al ejercicio del poder; su depen¬dencia del trabajo de instituciones, así como de individuos, y su propio poder de persuasión y su capacidad para reclamar atención y respuesta.” R. Silverstone.

Los Afiches y la posterior descripcione de las peliculas son de:
http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=184
Dario Lavia

Otras informaciones fueron tomadas de:
http://supay-666.blogia.com/2008/110104-los-principios-de-la-propaganda-segun-joseph-goebbels-y-los-principios-de-la-pro.php


Axel Vegas.

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